miércoles, 16 de abril de 2014

Las emociones en el aula

Prof. Nolfa Ibáñez S. 
Depto. de Educación Diferencial, Facultad de Filosofía y Educación, Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, Av. J. P. Alessandri 774, Santiago, Chile. E-mail: nibanez@umce.cl
    
     El artículo destaca el papel de las emociones en la construcción de los aprendizajes. Da cuenta de la primera investigación realizada en la formación docente inicial, que recoge la percepción de estudiantes de pedagogía de todas las carreras de pregrado de la UMCE, quienes contextualizan el surgimiento de sus emociones favorables y desfavorables en la interacción cotidiana en el aula universitaria.
    
     INTRODUCCION
     Sabemos que las emociones constituyen un factor importante al momento de explicar o interpretar el comportamiento humano. Ya a mediados del siglo pasado, en un trabajo conjunto entre investigadores del Instituto de Psicología de la Academia de Ciencias Pedagógicas y profesores de la cátedra de Psicología de la Universidad de Moscú, cuyo propósito era “exponer las conquistas más recientes de la ciencia psicológica y los cambios que se han operado en la psicología en los últimos años”, se destacaba el papel de las emociones en las acciones humanas: “Las emociones influyen grandemente para regular la actividad y la conducta del sujeto. Solamente aquellos fines hacia los cuales el sujeto tiene una actitud emocional positiva pueden motivar una actividad creadora” (Smirnov, Leontiev y otros 1960: 356). Actualmente han cobrado relevancia otras teorías que hacen notar la importancia de las emociones en el desarrollo cognitivo y psicosocial (Gardner 1993; Shapiro 1997; Goleman 1996). Sin embargo, en el ámbito educacional las emociones de los estudiantes no han sido parte de los factores a considerar para el diseño de estrategias metodológicas y evaluativas; por el contrario, nuestra cultura escolar desvaloriza “lo emocional” por considerarlo opuesto a “lo racional”.
     En Chile, el destacado científico Humberto Maturana R., Premio Nacional de Ciencias, postula que las emociones son mucho más que sólo un aspecto a considerar para explicar las acciones humanas (Maturana 1990 y 1992). Sostiene que las emociones son disposiciones corporales dinámicas que están en la base de las acciones y que toda acción humana se funda en una emoción:
     “(…) lo que connotamos cuando hablamos de emociones son distintos dominios de acciones posibles en las personas y animales, y a las distintas disposiciones corporales que los constituyen y realizan. (…) no hay acción humana sin una emoción que la funde como tal y la haga posible como acto. (…) no es la razón lo que nos lleva a la acción sino la emoción” (Maturana 1990: 20-21).
     Las clases de acciones tienen que ver con las emociones que permiten su realización; así, dependiendo de la emoción en que uno se encuentre será el tipo de acción que puede realizar, en cada momento. Esto lo vivimos cotidianamente. Una  estudiante de la universidad  hizo el siguiente relato para ejemplificar su comprensión de las emociones en esta perspectiva teórica:
“Estaba muy desanimada y triste esos días porque había peleado con su  (novio), ni siquiera tenía interés en conversar con quienes intentaban animarla. El sábado los amigos tenían una fiesta; la invitaron y no quiso ir, sólo deseaba estar sola y acostarse. Ellos insistieron, pero ella les explico que no podría ir a bailar ni compartir con ellos. Un momento después recibió una llamada telefónica, era su ex novio que la  invitaba a salir! de inmediato le dijo que sí y corrío a arreglarse. Ahora sí tenía deseos de bailar”.
     El ejemplo es elocuente: cambia la emoción, cambia el espacio de acciones posibles de emprender. Si las emociones definen el espacio de acciones posibles de realizar, entonces las emociones constituyen el aspecto de mayor relevancia para facilitar los aprendizajes en educación: emociones positivas o gratas permitirán la realización de acciones favorables para el aprendizaje, emociones negativas o no gratas no lo permitirán. En el caso de la interacción en el aula, las emociones que fundan las acciones de los estudiantes serían determinantes para el curso que sigue su aprendizaje, al favorecer o limitar acciones de una cierta clase según sea la emoción que las sustente. Por ejemplo: un alumno molesto o aburrido no realizará acciones favorables para el aprendizaje de las materias o contenidos tratados por el profesor en ese momento, como manifestar su interés en participar, hacer consultas, pedir nuevos ejemplos, discutir un concepto, etc; por el contrario, un alumno motivado e interesado sí podrá hacerlo, favoreciendo así la construcción de su aprendizaje. Esto lo hemos constatado en numerosos estudios realizados con niños y jóvenes en educación diferencial y educación básica, en la línea de investigación de la Metodología Interaccional Integrativa (MII)1, propuesta pedagógica basada en la concepción de aprendizaje de la biología del conocimiento, cuya aplicación considera siempre la disposición emocional de los alumnos (Ibáñez 1988, 1995, 1997, 2002; Ibáñez, Flores Oróstegui 1991).

     LAS EMOCIONES EN LA FORMACION DE PROFESORES
     Si deseamos revalorizar el papel de las emociones en nuestra cultura escolar, la formación de profesores es un ámbito prioritario. Para iniciar un trabajo sistemático en este ámbito, es necesario conocer lo que ocurre cotidianamente en los estudiantes: ¿cuál es la percepción que los estudiantes de pedagogía tienen de sus propias emociones en la interacción con sus profesores y pares?; ¿cuáles son las emociones que en ellos surgen con mayor frecuencia?; ¿en qué contextos interaccionales ocurren? Con esta motivación, y asumiendo la concepción de emociones de H. Maturana, desarrollamos una investigación entre 1999 y 2001, en conjunto con un grupo de académicos de otras disciplinas de la Facultad de Filosofía y Educación de la Universidad2, cuyo objetivo principal fue develar las emociones que surgen en los estudiantes de pedagogía de la UMCE en la interacción con sus profesores y compañeros, para proyectar los resultados del estudio a la innovación en las prácticas pedagógicas de los formadores de profesores.
     Aquí esta pequeña encuentra se podría recolectar información y sacar conclusiones el nivel de emociones y que tanto puede afectar al aprendizaje positivamente o negativamente  en el aula de clase.
     Carrera …………………………………………….. Semestre………
     ¿Qué emociones surgen en usted, con mayor frecuencia, en las interacciones al
     Interior de la sala de clases?
     1. Interés y/o Entusiasmo
     Cuando………………………………………………………………………
     2. Rabia y/o Impotencia
     Cuando………………………………………………………………………
     3. Alegría y/o Satisfacción
     Cuando………………………………………………………………………
     4.- Inseguridad y/o Miedo
     Cuando………………………………………………………………………
     5. Otra u otras emociones
     ………………………………………………………………………………
     Se podrían encontrar emociones favorables o desfavorables para el aprendizaje se obtendría una información valiosa respecto a las emociones y hacer un plan de acción para mejorar el ambiente del aula.

     CONCLUSIONES
     La  investigación demuestra que las emociones de los estudiantes constituyen un factor determinante en la construcción de sus aprendizajes:
 aspectos que todos consideramos prioritarios para mejorar la calidad de los aprendizajes: sentirse motivado en las clases, tratar contenidos contextualizados en las propias experiencias cuya aplicación se puede visualizar en la práctica, sentirse valorado como estudiante, poder participar, confrontar distintos puntos de vista, etc. Lo contrario ocurre con la contextualización de las emociones desfavorables.

     REFERENCIAS
     GARDNER, H. (1993). Estructuras de la mente: La teoría de las Inteligencias Múltiples. Fondo de Cultura Económica. México.
     GOLEMAN, D. (1996). La inteligencia emocional. Javier Vergara Ed. Buenos Aires.
     IBAÑEZ, N. (1988). “Metodología Interaccional Integrativa. Lineamientos generales”. Asoc. Chilena de Lectura ACHILS Especial Conferencias. Santiago.   
     IBAÑEZ, N. (1995). “La metodología Interaccional Integrativa”. Boletín Metodológico 1. Facultad de Filosofía y Educación. UMCE: 21-25.      
     IBAÑEZ, N. (1996). “La emoción: punto de partida para el cambio en la cultura escolar”. Revista de la UMCE 2: 47-59     
     IBAÑEZ, N. (1997). “La metodología Interaccional Integrativa en escuela rural y escuela urbana integrada”, Boletín de Investigación Educacional. Pont. Universidad Católica de Chile. Vol. 12: 492-510.   
     IBAÑEZ, N. (2001). “El contexto interaccional en el aula: una nueva dimensión evaluativa”, Estudios Pedagógicos 27: 43-53  
     IBAÑEZ, N. (2002). “La metodología Interaccional Integrativa: una propuesta de cambio”, Revista Teoría e Prática da Educação. Universidade Estadual de Maringá. Paraná. Brasil. (En prensa).     
     IBAÑEZ, N., V. FLORES, I. OROSTEGUI, I. (1991). “Aplicación de la metodología Interaccional Integrativa a niños con problemas para aprender”. Informe Final de Investigación. UMCE.      
     MATURANA, H. (1990). Emociones y lenguaje en educación y política. Dolmen. Santiago.   
     MATURANA, H. (1992). El sentido de lo humano. Hachette. Santiago.     
     SHAPIRO, L. E. (1997). La inteligencia emocional de los niños. Javier Vergara Ed. México.    
     SMIRNOV, LEONTIEV, LURIA Y OTROS (1960). Psicología. Grijalbo. México.   
     VYGOTSKI, L. S. (1995). Obras Escogidas, Vis. LAS EMOCIONES EN EL AULA

No hay comentarios:

Publicar un comentario